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Archivo para el día “enero 13, 2011”

A propósito de «Nabaya»

No es nada fácil bucear en los entresijos de la Historia para encontrar lo que haya de cierto en lo que pasó. Fabular es otra cosa y suponer otra aún distinta de las anteriores. Aún no siendo malas «de suyo» la fábula ni la suposición, pueden suponer riesgos de que alguien crea a «pies juntillas» la primera o quede mal informado por la segunda, cosas ambas que no son convenientes porque se le llena a la gente la cabeza de fantasías o resulta que aquéllo que habían creído como cierto los que leyeron la suposición no era más que una deriva de la verdad o lo que es lo mismo una mentira.

Me he puesto así de enrevesadito para presentar a mis hipotéticos lectores un libro de apenas cien páginas que se titula «Nabaya» y que es un a modo de panel de certezas y de hipótesis de la Navajas Musulmana».

 

Referencia de la Vilanova

Los autores, Helios Borja Cortijo, Doctor en Historia, Pilar Vañó Arándiga, Arqueóloga y el coordinador David Montolio Terán, pueden estar satisfechos del trabajo realizado y el Ayuntamiento de Navajas orgulloso de haber contribuído a un mayor conocimiento de la historia de nuestro pueblo, una historia pequeñita, del día a día ,en la que: «no ha ocurrido ningún hecho trascendente que haya influído decisivamente en los acontecimientos importantes». Ése es precisamente el gran mérito de la obra; ése y el rigor y la humildad con que está escrita.

He leído que alguien, cuyo nombre no recuerdo, dijo en algún momento: «No es lo mismo tener algo que decir, que tener que decir algo. Si no tienes nada que decir, no lo demuestres hablando.» Por ahí es por donde le encuentro el mérito a «Nabaya», por el camino de encontrar lo que se ha de decir y decirlo sin que sea fábula ni suposición y cuando no se encuentra con qué sustanciar algo que «parece evidente» tener la valentía de calificarlo como hipótesis, que sin plantearlas es difícil avanzar, pero sin confirmarlas no se han de dar como ciertas, so pena de que alguien nos diga que hay que callar cuando no se tiene nada que decir. Todo esto tiene un mérito aún mayor cuando no hay muchas cosas de las que escribir y no queda otro remedio que exponerlas sin circunloquios y con claridad, yendo al grano.

De ese modo podemos tener una visión del modo de vida de los que nos antecedieron en la ocupación de estas tierras que ahora habitamos, del número de habitantes de lo que fué el pueblo entre los siglos XIII y XVI -que es el espacio temporal que abarca el estudio- y de diversos datos de interés que se tratan oportunamente en el libro como el de la relación de los señores que poseyeron Navajas, que queda en el aire al no poder desentrañar, por ahora, los datos contradictorios que se encuentran en la documentación consultada.

He escuchado comentarios muy diversos de personas que han leído o intentado leer el libro. Como no podía ser de otra manera, cada uno comenta lo que le ha parecido y hay quien encuentra que «se habla mucho de Segorbe» otros no tienen ningún interés en «esas cosas», no falta quien «no entiende de eso» y también hay los que «les hubiera gustado vivir en aquél tiempo» , los que se dan cuenta de «que la agricultura es una ruina siempre» y los que se asombran del trabajo realizado: «¡cuánto habrán tenido que leer estas personas para averiguar todas esas cosas!«

A mí, la lectura me ha enternecido por momentos, me ha alegrado por lo que supone de indagación en el pasado de Navajas, me ha hecho reflexionar más acerca de la injusticia de la expulsión de los moriscos por cuestiones de creencias religiosas, pero, sobre todo me ha hecho pensar en la gran responsabilidad de los dirigentes políticos, cuyo poder es capaz de esquilmar una región rodeando el expolio de mil razones espúreas para hacerlo aparecer como algo bueno a los ojos de los demás. Afortunadamente, la Historia mira con mirada distinta lo que hacemos los hombres.

 

 

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